Las cúpulas pueden tener una base de apoyo circular, cuadrada o rectangular. En el caso de las cuadradas y rectangulares, la forma de la cúpula puede ser parabólica o piramidal. Todas ellas pueden ser monovalvas, bivalvas o trivalvas, dependiendo del número de capas y por tanto de cámaras de aire aislantes que incluyan las cúpulas. La(s) valva(s) inferior(es) en el caso de las bivalvas y trivalvas son siempre transparentes. Las valvas superiores y las monovalvas se suministrarán, salvo se indique lo contrario, en color blanco.
Debido a su forma y a la ranura de circulación de aire entre cúpula y zócalo, las claraboyas monovalvas ya evitan de por sí la condensación, incluso en el caso de un rápido enfriamiento de la atmósfera exterior. Sin embargo, en circunstancias de alto grado de humedad ambiente, hay que disponer de una cúpula bivalva o trivalva, para que su mayor aislamiento impida un enfriamiento excesivamente rápido, evitando, con garantía, el riesgo de formación de condensaciones en la cara interna de la cúpula.
Por estos factores es aconsejable el empleo de cúpulas bivalvas en locales provistos de aire acondicionado y siempre que se quiera cuidar el aislamiento térmico y acústico del edificio.
- CÚPULAS PARABÓLICAS: Son moldeadas mediante presión de aire y proceso de enfriamiento lento, que obliga a que la cúpula adopte una forma sensiblemente esférica, que, como es sabido, es la de máxima rigidez propia y resistencia mecánica a todo tipo de esfuerzos.
- CÚPULAS PIRAMIDALES: Moldeadas por embutición, la inclinación de sus paredes ha sido estudiada para obtener unos índices elevados de dispersión de luz. Se fabrican con uno o dos vértices (cuadradas y rectangulares, respectivamente).
Medida exterior (E x F)